martes, 9 de agosto de 2011

Economia de Argentina

La economía de Argentina se beneficia de enormes recursos naturales, una población sumamente alfabetizada, un sector orientado a la exportación agrícola y una base industrial diversificada. Sin embargo, sus resultados económicos han sido muy desiguales a lo largo de la historia. A principios del siglo XX era uno de los países con mejores perspectivas del mundo, pero a lo largo de los años ha atravesado diversas adversidades y crisis que influyeron negativamente en la economía del país. En la actualidad, la República Argentina es considerada como una de las principales economías emergentes. A su vez, por su dimensión económica y experiencia en crisis económicas, forma parte del G-20 (grupo de los 20 países industrializados y emergentes).

SECTOR AGRICOLA Y GANADERA
La producción de alimentos agropecuarios es, tradicionalmente, uno de los puntales de la economía argentina, principalmente la producción de granos (cereales y oleaginosas), que juntos constituyen la primera exportación del país. En particular la cadena de la soja en conjunto (porotos, semillas, aceite, pellets, harina y biodiésel) es, junto a la cadena del petróleo, la base de la actividad exportadora.

Por su parte la ganadería bovina, que aporta la materia prima para la industria de la carne, es un sector de gran importancia, con alrededor de 55-60 millones de cabezas, aunque en los últimos años, los cultivos de soja la han ido desplazando a tierras de menor valor. La carne vacuna es el principal componente de la dieta de la población.

Adicionalmente resulta de cierta importancia la producción de frutas y hortalizas, que contribuye con un 3% de las exportaciones y tiene importantes centros de producción en los valles patagónicos dedicados a la manzana y la pera, en la región noroeste productora de azúcar, cítricos y tabaco, en esta región está comenzando a destacarse la ganadería, sector que fue desplazado de la pampa húmeda por la imposición de la soja y otros comoditis, en la Mesopotamia productora también de cítricos y en Cuyo, donde a su vez se destaca una considerable producción agroindustrial del olivo, la uva y sobre todo de vino siendo el primer productor de vinos de América Latina y el quinto productor del mundo con 16 millones de hectolitros por año.

PETROLEO, MINERIA, BOSQUES Y PESCA
El segundo producto de exportación argentino era el petróleo, el gas natural y los productos petroquímicos, responsables de un 20% del total. Los principales yacimientos se encuentran en la Patagonia, Cuyo y el Noroeste; la provincia del Neuquén concentra cerca de la mitad de toda la producción de hidrocarburos. Una red de oleoductos y gasoductos transporta los productos a Bahía Blanca, donde se encuentra el principal polo petroquímico y a la conurbación industrial que se extiende entre Rosario y La Plata y que tiene como núcleo principal el Gran Buenos Aires.

Históricamente la minería argentina ha sido escasa, pero la misma se ha activado en la última década, fundamentalmente sobre minerales metalíferos: oro, plata, zinc, manganeso, uranio, cobre, y azufre. Los recursos mineros se concentran en las provincias cordilleranas a lo largo de 4.500 km. Las exportaciones argentinas de minerales pasaron de 200 millones de dólares en 1996 a 1.200 millones en 2004, algo más del 3% del total.[7]

El Mar Argentino está ubicado sobre una extensa plataforma submarina, muy rica en recursos pesqueros, que alcanza un ancho de 550 km a los 52º de latitud Sur y 1.890.000 km². Sin embargo la pesca ha sido una producción marginal, y debido a la crisis poblacional de la merluza, provocada por la excesiva pesca durante los 1990, principal producto pesquero argentino, la participación del sector en las exportaciones totales se ha reducido de un 3% a un 2%.

En sentido contrario, la producción forestal y maderera, principalmente pinos y eucaliptos, se ha venido expandiendo, con centro en las provincias mesopotámicas, superando el 2% del total exportado.


INDUSTRIA MANUFACTURERA Y CONSTRUCCION
La industria manufacturera argentina es el sector que más valor aporta al PIB, con un 23% del total (2005). El sector industrial manufacturero también es uno de los sectores principales de generación de empleo (junto con el comercio y el sector público), con 12% según el Censo de 2001, aunque es probable que actualmente ese porcentaje haya aumentado y la industria sea el mayor generador de empleo directo del país. Por su parte la industria de la construcción aporta el 5% del PIB (2005) y ha sido la principal impulsora de la recuperación del empleo después de 2002 y 2003.

A partir de 2003 la industria ha tenido un proceso de revitalización competitiva, movido principalmente por la política económica de dólar alto. Aunque la actividad industrial está mayormente orientada a sustituir importaciones, la industria de los automotores aporta el 7% de las exportaciones, mientras que el sector siderúrgico aporta el 3% del total. Otros sectores industriales importantes son el textil y calzado, alimentario, químico, papelero, maderero y cementero. En el caso particular del sector industrial alimentario, en los últimos años se han desarrollado, en muchas provincias, economías de tipo agroindustrial, mediante la creación de industrias de procesado y envasado, sobre todo de productos frutícolas, hortícolas, lácteos,[8] vitivinícolas y cárnicos.

El Gran Buenos Aires es aún el área industrial más importante del país, donde se concentra la mayor parte de la actividad fabril de la Argentina. Otros centros industriales importantes existen en Córdoba, Rosario, Tucumán y Mendoza, San Luis y Tierra del Fuego, muchos de ellos fomentados para descentralizar la industria.

Históricamente el país tuvo importantes sectores industriales como la industria naval relacionada con la Flota Mercante de Argentina,[9] que se redujeron considerablemente a partir de la década de 1990 a raíz del proceso de privatizaciones y que en la actualidad se están recuperando.[

LOS AÑOS 90: APERTURA ECONOMICA
Las reformas económicas de esta década se han basado en la privatización de los servicios públicos y en la apertura de la economía. En 1991, el ministro de economía Domingo Cavallo recurrió a la paridad del peso argentino con el dólar estadounidense (Ley de Convertibilidad) debido en parte a la acuciante inflación que sufrió el país a fines de los 80´. Comenzaron a registrarse así altas tasas de crecimiento entre 1991-1994 y 1996-1998. En 1995 por el Efecto Tequila —que demostró cómo un hecho externo podía influir en el país producto de la globalización— provocó un crecimiento negativo del PBI. Éste llegó a alcanzar los 300.000 millones de dólares en 1998. El PBI per cápita nominal (el más alto durante la década del 90´ en América Latina)[31] llegó a los 8.300 dólares ese mismo año. Las exportaciones pasaron de 12.500 millones de dólares en 1990 a casi 27.000 millones de dólares en 2000 con un aumento del 110% en ese período.[32] Todas estas cifras fueron récord para el país. Sin embargo, este modelo produjo una concentración económica en los sectores financiero, de servicios y agroexportador, al mismo tiempo que una desocupación estructural cercana al 20% en sus peores momentos. Desde 1994 hasta el tercer trimestre de 2006 la desocupación a nivel nacional ha sido siempre de dos dígitos. La pobreza medida en el aglomerado Gran Buenos Aires osciló en ésta década entre el 33,7% en 1990, el 16,1% en 1994 y el 26,7% en 1999, siendo más baja de la registrada en la crisis hiperinflacionaria de fines de los 80'.[30]

En 1995, la economía local se vio afectada negativamente por el llamado Efecto Tequila,[33] que provocó un aumento inédito de la desocupación a nivel nacional hasta un 18,4%.[29] También se revirtió la tendencia descendente del índice de pobreza, que en el aglomerado del Gran Buenos Aires (el más importante del país), entre 1990 y 1994 había llegado a un mínimo del 16,1%[30] . A excepción de 1995, en la década del 90' la economía creció fuertemente hasta mediados de 1998.


CRISIS 2001
Los recurrentes problemas de este modelo noventista determinaron una recesión desde 1998 que estalló a finales de 2001, y terminaron por provocar el fin de la Ley de Convertibilidad monetaria con importantes secuelas de crisis económica, política y social. Una de las más notables, luego de una corrida bancaria que desestabilizó al sistema financiero, fue la restricción a la extracción de dinero en efectivo de fuentes bancarias (medida que se conoció como Corralito). En 2002, en parte por la devaluación que adoptó el país luego del default de la Deuda Externa (pública y privada) casi el 60% de la población pasó a ser pobre en términos de sus ingresos económicos y el producto bruto interno a precios corrientes de 268.697 millones de dólares en 2001 se redujo casi un 64% a fines de 2002. En el periodo recesivo y posterior crisis (junio de 1998 a 2002 inclusive), éste sufrió una perdida del 19,5% acumulada, registrándose el mayor descenso en el último año de la crisis con un decrecimiento del 10,9%. Una de las principales secuelas que dejó la crisis de 2001 fue el aumento de la inequidad en la distribución de la riqueza en comparación con los demás países de América Latina. A nivel nacional la pobreza alcanzó al 57,5% de la población, la indigencia al 27,5% y la desocupación al 21,5%, todos niveles récord para el país.


SITUACION ACTUAL (2003 EN ADELANTE)
Reestructuración de la deuda externa y el papel del FMIArtículo principal: Canje de la deuda argentina
Una parte significativa de la responsabilidad de la crisis que vivió la Argentina entre 1998 y 2002 ha sido puesta sobre el FMI. En un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2004, el Presidente Néstor Kirchner dijo:

"Se hace necesario un urgente, fuerte y estructural rediseño del Fondo Monetario Internacional para que pueda prevenir crisis y ayudar a su solución, cambiando el rumbo que lo llevó de prestamista de fomento a acreedor con demanda de privilegios."
Con la crisis de diciembre de 2001, la Argentina entró en cesación de pagos (default) de su deuda externa. El 14 de enero de 2005 se lanzó oficialmente la operación de canje de la deuda en default. El proceso de reestructuración de la deuda externa fue largo y complejo para quienes decidieron ingresar en el canje. La Argentina ofreció un descuento importante sobre sus obligaciones (aproximadamente el 70 %) y finalmente lo colocó en un 76 % (esta oferta no incluyó el FMI y otros organismos internacionales, con quienes el país ha cumplido sus deudas).

En diciembre de 2005, el presidente Néstor Kirchner decidió liquidar la deuda argentina con el FMI en un solo pago, sin nueva financiación, por un total de 9.810 millones de dólares utilizando las reservas internacionales que alcanzaron un valor de 28.000 millones de dólares ese año, reduciéndose éstas a 18.000 millones de dólares en enero de 2006. El pago en parte fue financiado por Venezuela, quien compró obligaciones argentinas por 1.600 millones de dólares. Dos días antes de este hecho, Brasil también había cancelado la totalidad de su deuda con el FMI. Según datos del Ministerio de Economía, en septiembre de 2006, las reservas volvieron a alcanzar el nivel previo a la cancelación total de deuda con este organismo de 28.000 millones de dólares[34] y en noviembre llegaron a los 30.010 millones de dólares, alcanzando un récord histórico, la última vez registrado en 1999.[35] Esto se debe en parte a una de las políticas del Banco Central de la República Argentina de mantener un dólar alto en relación con el peso argentino. Las cotizaciones se encuentran en 3,89 pesos argentinos por dólar para la venta y 3,85 por dólar para la compra.[36]

Indicadores como la pobreza y el desempleo, lograron reducirse en forma sustancial desde 2002 con valores de pobreza cercanos al 60% y desempleo del 21,5% en el momento crítico de la crisis

RECUPERACION Y EXPANSION DE LA ECONOMIA
Con una "política de dólar alto" que permitió producir bienes y servicios a precios competitivos en el mercado internacional, algunas industrias de la Argentina comenzaron a reflorecer después de la crisis.[37]

A mediados de 2002 se comienzan a vislumbrar signos de reactivación económica[38] y desde 2003 a 2007, el país registró una fase de crecimiento económico con tasas que oscilaron en torno al 9% (8,8% en 2003, 9% en 2004, 9,2% en 2005, 8,5% en 2006, 8,7% en 2007 y 6,8 en 2008),[1] en parte debido a una política económica de dólar alto destinada a favorecer la sustitución de importaciones, que ha incrementado la competitividad de la industria argentina. A causa de la recuperación de la economía que se ha observado en el período 2003 - 2008, y teniendo en cuenta que en el tercer trimestre de 2005 el PBI argentino (en pesos argentinos y a precios constantes) superó el valor de 1998, la crisis económica ha finalizado.

Desde el principio del gobierno de Néstor Kirchner, el papel del estado en la economía se ha ampliado respecto al que tenía durante el gobierno de Carlos Menem. Esto se ve principalmente en la fijación de precios en algunas industrias así como en la creación de una línea aérea pública y una empresa de energía pública. La actual presidenta Cristina Fernández defendió el modelo económico instaurado desde 2003.[39]

La moneda oficial de la Argentina desde 1992 es el peso ($). Amado Boudou ocupa el cargo de Ministro de Economía desde julio de 2009


InflaciónLa inflación ha sido y es uno de los flancos que genera más polémica en la economía argentina, en el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) y el actual de Cristina Fernández.

Según datos del INDEC, la inflación alcanzada en 2009 fue del 7,7%, inferior a las registradas en 2006 y 2007, pero cinco décimas superior a la de 2008.[1] Sin embargo la polémica generada debido al recambio de autoridades dentro de este organismo en 2007, llegó a punto tal que los mismos técnicos del instituto denunciaron la manipulación de datos del Índice de Precios al Consumidor por parte de las nuevas autoridades nombradas por el gobierno de Néstor Kirchner. La discordia interna que se generó, creó una falta de confianza en los índices publicados, ya que consultoras privadas argentinas sostuvieron que la inflación real en 2007 fue más del doble que la publicada por el INDEC (8,5%), oscilando entre el 17% y 18% o incluso superior al 20%; además los mismos empleados del organismo en pugna con las autoridades sostuvieron que en 2007, el índice llegó al 26,2%.[42] Algunos economistas argentinos sostienen que la inflación se debe a varios factores, entre ellos crecimiento del gasto público, amesetamiento de la inversión, la expansión de la base monetaria mediante la emisión de pesos para financiar el aumento del gasto público, entre otros.[43] La Canasta Básica de Alimentos que se calcula según el IPC (que difunde el INDEC), sirve para establecer los índices de pobreza e indigencia, que en el segundo semestre de 2009 fueron del 13,2% y del 3,5% respectivamente,[44] aunque debido a las cuestionada metodología aplicada por el instituto desde 2007, consultoras privadas sostienen que estos guarismos serían superiores a los oficiales, rondando el 30% de pobreza y 12% de indigencia.[45]


Canje de la deuda 2010El gobierno de Cristina Fernández ha anunciado el lanzamiento del canje de deuda que no ingresó en 2005, una operación por alrededor de 20.000 millones de dólares (que estaba en cesación de pagos). Además, el actual gobierno busca negociar la deuda pendiente de pago que existe con el Club de París, de alrededor de 6.500 millones de dólares.[46] Con este fin, Fernández creó en diciembre de 2009 el Fondo del Bicentenario, con el que debía pagar a los tenedores privados de bonos de la deuda usando las reservas del Banco Central de la República Argentina. Este suceso generó un debate nacional entre el gobierno y la oposición en el Congreso Nacional sobre la validez del decreto presidencial. Este mismo fue derogado por la Presidenta, pero creó uno nuevo denominado Fondo de Desendeudamiento. La justicia revocó dos medidas cautelares que mantenían congelado el Fondo de Desendeudamiento por considerar que tenían "errores procesales", dando vía libre al gobierno a la operación que se había propuesto. A su vez, este hecho ha suscitado el alejamiento de Martín Redrado de la presidencia del BCRA por haberse negado a la directiva de la Presidenta, asumiendo ese cargo Mercedes Marcó del Pont.





FERNANDO OSORIO
GRUPO 3



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