sábado, 13 de agosto de 2011

Tipos de medios de comunicación: cine + TV + publicidad + + prensa + historieta

El cine de la Argentina, ha sido históricamente uno de los tres más desarrollados del cine latinoamericano, junto a los producidos en México y Brasil. A lo largo del siglo XX la producción cinematográfica argentina, apoyada por el estado y avalada por el trabajo de una larga lista de directores y artistas, se convirtió en una de las principales del mundo en idioma castellano

Introducción del cine al paísUn poco después de la aparición del cinematógrafo, se efectuaba el 18 de julio de 1896 en el Teatro Odeón la primera proyección cinematográfica del país en la ciudad de Buenos Aires. Se trataba de los célebres cortos de los Hermanos Lumière que se habían estrenado el año anterior en París, Francia. Tiempo antes, también en esa ciudad se había importado, sin mayores repercusiones, el espectáculo del kinetoscopio invento del norteamericano Thomas Alva Edison. Estas actividades fueron durante mucho tiempo no más que una forma de entretenimiento y actividad comercial.


Primeras películas nacionales
Amalia (1914)En 1897, el operador francés Eugenio Py realizó el documental La bandera argentina que consistía en una vista documental de la bandera argentina flameando en la Plaza de Mayo, se podría considerar a esta como la primera obra cinematográfica nacional. Le siguieron Viaje a Buenos Aires en (1900) y La revista de la escuadra argentina (1901). Por eso se abrieron en Buenos Aires las primeras salas.

En los primeros años del siglo XX varios autores argentinos continuaron experimentando las posibilidades del nuevo medio realizando noticieros y registros documentales. Eugenio A. Cardini filmó Escenas Callejeras (1901) y Mario Gallo realizó El fusilamiento de Dorrego (1908), que fue la primera película con trama argumental.

La historia y literatura nacionales proporcionaron la temática básica del cine argentino en sus comienzos. Uno de los primeros éxitos del cine nacional fue Nobleza Gaucha, película realizada en 1915 por Humberto Cairo, Eduardo Martínez de la Pera y Ernesto Gunche, inspirada en el Martín Fierro de José Hernández. El primer largometraje sería Amalia (1914), sobre la novela homónima de José Mármol. En 1917 se realizaba El Apóstol primer largometraje animado de la historia del cine, consistía en una sátira al entonces presidente Hipólito Yrigoyen. Ese mismo año debutaba Carlos Gardel en el cine, en el filme Flor de durazno dirigido por Francisco Defilippis Novoa.

La llegada del cine sonoroLa incorporación del sonido tuvo una gran influencia sobre el público. En 1931 se filma Muñequitas porteñas dirigido por José A. Ferreyra sería el primer filme sonoro y hablado por el sistema Vitaphone de sincronización sonora. Pero en 1998 el reconocido periodista investigador Roberto Di Chiara descubrió el primer film político denominado "Por una Argentina grande, justa y civilizada" (1931) de Federico Valle, en donde hablan Lisandro de la Torre, Mario Bravo, Julio Noble, y otros, película desconocida por el pueblo argentino. Hacia 1933 se da la llegada del sistema Movietone, el primero que permite guardar la banda sonora en el mismo soporte que la imagen. Nacen ese mismo año los dos primeros estudios cinematográficos del país: Argentina Sono Film fundado por Ángel Mentasti y Lumiton creada por Enrique Telémaco Susini, César José Guerrico y Luis Romero Carranza. Luego llegaría el sistema de sonido óptico inventado por Lee De Forest, el Phonofilm. Con este equipamiento se grabaron numerosos números musicales de Carlos Gardel, a la manera del actual video clip.

La industria del cine en la Argentina se inició en la práctica con la llegada del sonido óptico. Con la incorporación del sonido, serán la radio, la industria discográfica y el teatro de revistas los que aportarán actores (voces) ya conocidas por la gente. La banda de sonidos llegaría a ser tan importantes que incluso se le exigía a los actores que entonaran canciones, a pesar de no estar preparados para ello. Así se puede llegar a considerar que el sonido es tan importante en el cine argentino, dado que sin él posiblemente no hubiera existido una industria. El cine mudo no había logrado en el país acceder a un gran público.

Los dos primeros films sonoros (sin discos), estrenados con una semana de diferencia fueron Tango (1933) dirigido por Luis José Moglia Barth y producido por Argentina Sono Film, y Los tres berretines, protagonizada por Luis Sandrini y producida por Lumiton. Lo siguen otros filmes exitosos de la época, de Mario Soffici El alma del bandoneón (1935) y Prisioneros de la tierra (1939); de Manuel Romero La muchachada de a bordo (1936) y de Leopoldo Torres Ríos La vuelta al nido (1938), que marcaron el momento de madurez del cine argentino en la década del 30'. En esta época se consagraron estrellas como: Libertad Lamarque, Tita Merello, Pepe Arias, Luis Sandrini y Niní Marshall.

El sistema Movietone significó la ganancia de miles de pesos para las flamantes productoras, que pudieron seguir expandiéndose. Se había creado un público gracias al sonido, en esta época, el sonido será pues, sinónimo de mercado convirtiendo al cine en un producto de consumo popular. Lo que se está vendiendo en esta primera época es producto ya conocido, pero que puede ser gozado en la oscuridad de la sala de cine, allí se daría una relación de proximidad con cantantes, bailarines u orquestas populares, por tan solo unos centavos de entrada.

A medida que se avanzó en la producción de filmes sonoros, la integración de imagen y sonido se fue haciendo más orgánica. Las películas ya no eran números musicales, o escenas mudas musicalizadas, sino que se lograba lo que denomina Síncresis, la unión indisoluble de los aspectos visuales y sonoros del filme, dando lugar a un cine mucho más rico y ya con identidad propia, dejando de lado los vicios del cine primitivo

El cine clásicoA partir de 1940 el cine argentino entró en un largo periodo de crisis cinematográfica determinada por la competencia comercial del cine estadounidense y el predomino del cine mexicano que estaba en su "Época de Oro" y dominaba el mercado en los países de habla hispana. Algunas de las grandes películas de la década fueron Historia de una noche (1941) y La dama duende (1945), ambas de Luis Saslavsky; La Guerra Gaucha (1942) y Malambo (1945) de Lucas Demare y Hugo Fregonese; Pelota de trapo (1948) y Crimen de Oribe (1950) de Leopoldo Torres Ríos, y Las aguas bajan turbias (1952) de Hugo del Carril.

En esa década saltan a la fama las hermanas gemelas actrices Mirtha Legrand y Silvia Legrand.

El primer nuevo cine argentinoDesde 1957 una nueva generación de directores consiguió aunar la habilidad técnica con el refinamiento estético, por lo que se consiguió participar en festivales internacionales. Leopoldo Torre Nilsson, Fernando Ayala, David José Kohon, Simón Feldman y Fernando Solanas, fueron los protagonistas de esta renovación del cine argentino en la década de 1960.

Un caso excéntrico es el de Hugo Santiago, creador de dos filmes de culto, Invasión y Los otros, emigrado definitivamente a Francia. Posteriormente otros directores consiguieron su estilo cinematográfico, como José Martínez Suárez, Manuel Antín, y Leonardo Favio. En el cine infantil de dibujos animados se destaca Manuel García Ferré (Petete y Trapito, 1975; Ico, el Caballito Valiente, 1981).

El cine de la post dictaduraEn la década del 80, realizadores como María Luisa Bemberg con Camila (1984), Pino Solanas (El exilio de Gardel (Tangos), Sur), Luis Puenzo (La Historia Oficial) y Adolfo Aristarain (Tiempo de revancha, Un lugar en el mundo), atrajeron la mirada de nuevos públicos. Muchas peliculas luego de la dictadura fueron iconos del cine argentino como por ejemplo: "Esperando la Carroza" de Alejandro Doria, "El secreto de sus ojos" de Juan Jose Campanella, etc.

[editar] El segundo nuevo cine argentinoEn la década del noventa surge una nueva corriente denominada comúnmente como nuevo cine argentino, marcada por el carácter independiente de las realizaciones, y un cambio en la mirada. El precursor en este movimiento es Martín Rejtman quien hace en 1991 su ópera prima Rapado. Otro filme que marca un punto de inflexión en la realización es Picado fino (1994) de Esteban Sapir. Sin embargo no será hasta 1998 que estos nuevos realizadores logran tener una mayor difusión. La primera película que tiene una repercusión pública, dentro de esta nueva generación, es Pizza, birra, faso, de Bruno Stagnaro e Israel Adrián Caetano. A esa le siguieron Mundo Grúa (1999) de Pablo Trapero y otras que continuaron esa línea de películas de tónica y personajes reales, bajo presupuesto y actores no conocidos.

Desde los comienzos y hasta nuestros días se han estrenado casi 2.500 películas argentinas, siendo los años 2004 y 2005 con 66 y 63 respectivamente, los que registran la mayor cantidad de estrenos.

En 2009 se estrenó la película El secreto de sus ojos (ganadora del Oscar a Mejor Película en Lengua extranjera del 2010), de Juan José Campanella, basada en la novela La pregunta de sus ojos de Eduardo Sacheri. El film cuenta con las actuaciones de Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella, entre otros artistas de renombre. Con más de 2.000.000 de espectadores, se convirtió en la segunda película argentina más taquillera de toda la historia del cine nacional; superada solo por Nazareno Cruz y el lobo de Leonardo Favio, estrenada en 1975.

Cine Independiente Argentino Alberto Fischerman estrena su ópera prima, The Players versus Ángeles caídos. El film, un trabajo experimental con elementos reconocibles de la cultura pop, se presenta como ejemplo de cine-participación (desde la configuración de film-abierto, según los postulados del semiólogo Umberto Eco sobre la Obra abierta). En abril de 2002, Hernán Andrade y Víctor Cruz presentaron en dos funciones a sala llena (dentro del Buenos Aires IV Festival Internacional de Cine Independiente) su documental La noche de las cámaras despiertas. Basado en el texto homónimo de Beatriz Sarlo sobre los hechos de censura sucedidos precisamente a comienzos de los '70 en la obra del llamado entonces Grupo de los 5 (que integraban junto a Fischerman, Ricardo Becher, Raúl de la Torre, Nestor Paternostro y Juan Bautista Stagnaro). En el medio se tensa una línea histórica, difusa e intensa a la vez, de lo que dio en llamarse Cine Independiente Argentino.

Televisión Argentina

La televisión argentina es uno de los principales medios de comunicación del país. En los distintos canales se encuentran exponentes de la mayor parte de los géneros y formatos televisivos. Hay una amplia oferta de programas de televisión producidos en forma local, así como producciones locales sobre formatos adquiridos en el exterior y en algunos casos reposiciones de programas extranjeros.

Existen diferentes canales de televisión con sede en diferentes ciudades argentinas y con diferentes grados de alcance. La TV Pública, desde la ciudad de Buenos Aires, es el canal que tiene mayor cobertura nacional.

HistoriaEl decreto 12.909 del 12 de junio de 1945, autorizó a otorgar una licencia al señor Martín Tow para el funcionamiento de una estación experimental de televisión.[1]

La primera transmisión en la Argentina, se realizó el 17 de octubre de 1951, dando origen al por entonces privado Canal 7, en ese entonces con licencia LR3-TV, propiedad del pionero en radio y televisión, Jaime Yankelevich.

La inauguración fue el 17 de octubre de 1951, a través de una transmisión en vivo del acto político donde se conmemoró el Día de la Lealtad peronista, siendo registrada de manera poco entusiasta por los diarios.

Distintos profesionales que provenían del cine (maquilladores, iluminadores), del teatro (actores, directores, escenógrafos, autores) y de la radio (operadores, generadores de efectos especiales, locutores) comenzaron a aplicar sus conocimientos profesionales en este nuevo medio. Algunos espacios eran comprados por las empresas comerciales o agencias de publicidad por lo que Canal 7 no era el patrocinador de todos sus programas.

Entre los primeros programas se cuentan Operación Cero, Todo el Año es Navidad, Teleteatro para la hora del Té, La Familia Gesa, Historias de Jóvenes. Fue la década de los locutores Adolfo Salinas, Guillermo Brizuela Méndez, Pinky, Juan Carlos Roussellot, Julio Bringuer Ayala, Nelly Prince, Guillermo Cervantes Luro, Tito Martinez del Box, Carlos D´Agostino, Jorge Cacho Fontana, entre otros. El gran galán de la época, fue Fernando Heredia.

Entre los programas deportivos, se destacaba La Cabalgata Deportiva Gillette con importantes transmisiones de boxeo; mientras que los estrenos cinematográficos eran cubiertos por periodistas como Chas De Cruz y Domingo Di Nubila.

En el mundo se comercializaban dos máquinas de video-tape, la Ampex y la RCA Victor. En Argentina, se adopta la Ampex y los programas comienzan a ser grabados en anchos carreteles de cinta, en forma completa, sin cortes, a modo de archivo.


Televisión de Argentina

Stand de El Trece y Todo Noticias en la Feria del LibroLa televisión argentina es uno de los principales medios de comunicación del país. En los distintos canales se encuentran exponentes de la mayor parte de los géneros y formatos televisivos. Hay una amplia oferta de programas de televisión producidos en forma local, así como producciones locales sobre formatos adquiridos en el exterior y en algunos casos reposiciones de programas extranjeros.

Existen diferentes canales de televisión con sede en diferentes ciudades argentinas y con diferentes grados de alcance. La TV Pública, desde la ciudad de Buenos Aires, es el canal que tiene mayor cobertura nacional.

Nacimiento de la Televisión privadaEl 18 de abril de 1960, nace lo que sería el segundo canal del país, primer canal privado y primer canal del interior de Argentina: Canal 12 Córdoba. Fue creado por los pioneros Marcos Ordóñez, Juan Carlos Salazar y José Bonaldi, con el asesoramiento técnico del comandante Marcelo Barbieri; ellos se encontraban en un velorio cuando se les ocurrió crear un canal de televisión en Córdoba, ya que uno de ellos había visto en una tienda de Capital Federal, un equipo de televisión a la venta; se puso en marcha la idea y nacería lo que es el canal más importante del interior del país.

La primera denominación del canal fue Telecor LU1H Canal 12 TV; luego, mediante modificaciones tras las pruebas, pasaría a ocupar la frecuencia 12, LU1H correspondía a la licencia provisoria que le entregó el Estado Argentino para operar; años después, se le daría la denominación definitiva: LV 81 TV Canal 12. Los primeros equipos utilizados eran de marca Phillips y Hewlett Packard.

El 9 de Junio de 1960, nació LS 83 TV Canal 9 Cadete, mientras que en Octubre de ese mismo año, LS 85 TV Canal 13 Proartel. El 22 de Julio de 1961, comenzó a transmitir LS 84 TV Canal 11 -hoy Telefe-. El 25 de Junio de 1966, en la ciudad de La Plata, comenzó a transmitir LS 86 TV Canal 2 -hoy América TV-.

El Canal 9 fue conformado por gente que venía de la ya alicaída industria cinematográfica, mientras que el 13 era administrado por el empresario cubano Goar Mestre, que en aquellos años modernizó totalmente la televisión en el país.

En Canal 13 se creó un estilo de programación familiar plena de shows musicales, sit-coms de media hora y ciclos de sketches cómicos. Asimismo, se creó la función del director-productor y ya era el canal el que producía los programas, saliendo a vender a través de su gerencia comercial, los segundos publicitarios. El canal era una televisora, una productora de contenidos, y los anunciantes aportaban su apoyo o auspicio, pero no necesariamente compraban los espacios de programación.

Mientras tanto, Canal 9 reeditaba algunos éxitos de Canal 7, pero no tuvo tanto éxito y en 1963 pasó a manos de Alejandro Romay, que privilegió la programación de carácter nacional, especialmente en el rubro telenovelas.

Canal 11, que nació por idea del padre Héctor Grandinetti, tuvo una línea más inclinada a programas periodísticos y el estreno de películas y series. Todos los canales privados tuvieron en sus comienzos un "padrino" americano, la ABC (Canal 9), la NBC (Canal 11) y la CBS (Canal 13), proveedores exclusivos de tecnología y contenidos extranjeros, relación que se extinguió con el tiempo.[2]

En 1974, los tres canales privados de Capital Federal: (9, (11) y 13) fueron estatizados por el gobierno de Isabel Perón. Durante la última dictadura militar (1976–1983), estos tres canales fueron entregados a las tres ramas de las Fuerzas Armadas: el 9 fue controlado por el Ejército, el 11 por la Fuerza Aérea y el 13 por la Armada; ésto provocó numerosos casos de censura.

En 1984, luego de un largo proceso judicial, Alejandro Romay, propietario de Canal 9, fue restituido en la dirección de la señal. Los canales 11 y 13 estuvieron bajo administración del Estado Nacional hasta el 22 de Diciembre de 1989, cuando fueron privatizados. La licencia de Canal 11 fue ganada por Artear S.A (Grupo Clarín), pero como ya había obtenido la administración de Canal 13, eligió a este último. Finalmente, Canal 11 quedó en manos de Televisión Federal S.A (Editorial Atlántida). La mayoría de los canales de aire del interior (algunos eran accionistas de las licenciatarias) comenzaron a retransmitir en gran parte, la programación de los canales porteños 11 (renombrado Telefe) y 13.

La televisión argentina, siempre se diferenció del resto de las producciones de Hispanoamérica por el sistema de televisión empleado en el país (PAL-N). Debido a esto, todo programa producido en Argentina que se llevara a otro país hispanoamericano (excepto Paraguay y Uruguay) debía convertirse al sistema NTSC (M/N).

Premios

Uno de los premios entregados en forma anual, son los Premios Martín Fierro, decididos por la Asociación de Periodistas de la Televisión y la Radiofonía Argentinas. Otro creado más recientemente son los Premios Clarín, otorgados por el Diario Clarín.


La Prensa (Argentina)De Wikipedia, la enciclopedia libre
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La Prensa (Argentina)
Tipo Diario
País Argentina
Sede Buenos Aires
Ámbito de distribución Nacional
Fundación 18 de octubre de 1869
Fundador José Clemente Paz
Género Noticioso
Ideología política liberalismo económico
Idioma Español
Circulación Nacional
Director Florencio Aldrey Iglesias
Sitio web laprensa.com.ar

La Prensa es un diario matutino de la Argentina. Fundado por José Clemente Paz en 1869. La Prensa fue vocero de los sectores conservadores y difusor del liberalismo económico.

Historia

El primer ejemplar fue publicado el 18 de octubre de 1869. En ese momento José Clemente Paz se ocupaba personalmente de vigilar la redacción y la impresión.

En poco tiempo se transformó en uno de los medios más importantes, y sus ganancias le permitieron construir un nuevo edificio que se convirtió en uno de los símbolos de la ciudad donde actualmente funciona la Casa de la Cultura de Buenos Aires, fue diseñado en Francia y contaba con receptores y transmisores de cables noticiosos y teléfonos.

Al morir Paz en 1912 el matutino quedó bajo la dirección de su hijo, Ezequiel, en ese momento era el medio gráfico más importante del país y contaba con corresponsales en todo el territorio argentino, además de los demás países de Sudamérica, Estados Unidos y Europa.

Durante el gobierno peronista, el diario fue confiscado debido a su carácter opositor. El edificio donde se encontraba fue comprado por la Confederación General del Trabajo Argentina (CGT) y el Sindicato de Vendedores de Diarios.

En el año 1956, tras la Revolución Libertadora, el diario fue devuelto a sus antiguos dueños, pero la mayoría de sus lectores habían escogido otras publicaciones.

En 1988 se instaló definitivamente en el actual edificio de Azopardo 715.


Historieta en la Argentina

La historieta o cómic argentino es una de las tradiciones de historieta más importantes a nivel mundial y la más importante a nivel latinoamericano,[1] viviendo su «época dorada» entre las décadas de 1940 y 1960. Poco después, en 1970, el teórico Oscar Masotta sintetizaba sus aportaciones en el desarrollo de modelos propios de historieta de acción (Oesterheld, Hugo Pratt), cómica (Dino Battaglia, Divito, Quino) y folclórica (Walter Ciocca) y la presencia de cuatro grandes dibujantes (José Luis Salinas, Arturo del Castillo, Hugo Pratt y Alberto Breccia).



HistoriaLa historieta argentina comienza su historia a finales del siglo XIX, en la revista Caras y Caretas, donde aparecen los primeros relatos ilustrados y la inclusión de globos de diálogo en el dibujo. La historieta seguirá desarrollándose en el país hasta lograr el nivel más alto entre las décadas de 1940 y 1960, la llamada "Época Dorada". Luego de esta etapa la historieta nacional irá decayendo hasta llegar al punto de no existir ninguna publicación del género en la década de 1990 (exceptuando los autores que se autopublicaban). A partir de los años 2000 se ha intentado revalorizar el género, por medio de recopilaciones de viejas historietas. Un hecho significativo ha sido la vuelta a los kioscos de la mítica revista Fierro, que cuenta con los autores más reconocidos del país.[3]

Los inicios en la prensa satírica (1863-)

Portada Revista Don Quijote.A finales del siglo XIX, un grupo de importantes ilustradores europeos (franceses y españoles principalmente) que se habían formado en la caricatura y la sátira empezarían a desarrollar su trabajo en las siguientes publicaciones de Buenos Aires:

El Mosquito, un periódico dominical de características "satírico-burlescas", cuyo primer ejemplar salió el 24 de mayo de 1863 y el último, el 16 de julio de 1893. La parte gráfica, principal atractivo del periódico, consistía en caricaturas de los personajes y hechos del momento. Sus colaboradores más reconocidos fueron Meyer y Enrique Stein.
Don Quijote del español Eduardo Sojo, publicada entre el 16 de agosto de 1884 y el 1 de noviembre de 1905, que se dedicaba a la publicación de humor político crítico y mordaz con el poder de la época, lo que acarreó presiones, secuestros de ejemplares y censura, e incluso Sojo fue encarcelado en algunas ocasiones. Entre las plumas de la revista se contaban el propio Sojo, Manuel Mayol y, ya hacia el final de la publicación, Manuel Redondo.
PBT publicada desde el 24 de septiembre de 1904 por Eustaquio Pellicer albergó en sus páginas los trabajos de dibujantes como Manuel Mayol, José María Cao, Sanuy, Navarrete, Fortuny; y redactores como Bosco, Molina, Castro Rivera, Eusebi, entre otros.

Un nuevo lenguaje (1912-)
Constancio Vigil.La revista Caras y Caretas fundada por Eustaquio Pellicer en 1898 y dirigida por Fray Mocho será la primera donde además de la sátira política se empiecen a ver relatos costumbristas. En 1912 se publica en ella la primera historieta que se hace eco de las novedades estadounidenses, pues incorpora personajes fijos, continuidad y globos de diálogo:[5] Se trató de la tira Viruta y Chicharrón,[6] cuyo autor es incierto.[7] Hay quien sostiene que al principio era realizada por un autor estadounidense, del cual no se conoce el nombre y luego sería continuada por Manuel Redondo, Juan Sanuy, o ambos;[8] y otros que asignan su autoría a Manuel Redondo,[9] e incluso otra versión afirma que los autores eran Manuel Redondo con la colaboración de Sanuy, siendo los personajes "la versión vernácula de SpareRibs and Gravy, dos personajes de Geo Mac Manus".[10] [11] Un año más tarde se publicó, también en Caras y Caretas, la historieta de Redondo llamada Sarrasqueta, la cual se mantuvo hasta la muerte del autor. Esto (la publicación de las tiras en Caras y Caretas) da a la historieta argentina una particularidad distintiva: en general, el cómic nace en las páginas de un periódico, mientras que en este caso aparece en una revista específica y representante del humor, gráfico y escrito.[7]

Ya en 1916 y en la revista El Hogar, aparecen Las Aventuras del Negro Raúl del argentino Arturo Lanteri. El personaje se caracterizaba por aspirar a una vida que su condición social no le permite alcanzar. Esta historieta no contaba con globos sino con textos, cuartetas rimadas, al pie del dibujo.[6]

También en este año, en la revista PBT, se publica Aventuras de un matrimonio aún sin bautizar, más tarde llamada Las Aventuras de Don Tallarín y Doña Tortuga, obra de Oscar Soldati, con un planteo técnico y temático sin precedentes en el país. En 1918 Mundo Argentino publicó Las aventuras de Tijerita, de Lanteri.[10]

Fundada en 1919 por Constancio Vigil, Billiken fue la primera revista infantil en incluir historietas. En sus páginas se pudieron ver obras de Gastón Leroux, Fola, Vidal Dávila e historietas estadounidenses, siendo incluso la primera en publicar Superman.

Años 1970

De izquierda a derecha: Arriba, Quino, Garaycochea y Bróccoli. Abajo, Mordillo, Oski y Amengual.En el año 1972 aparece en la ciudad de Córdoba una publicación dedicada al humor: Hortensia. Con un inicio localista, la revista tendría repercusión a nivel nacional. El mismo año, el 1 de noviembre, se comienza a publicar Satiricón, también dedicada al humor.

En 1973, el Diario Clarín decide hacer una renovación en su contratapa contratando jóvenes autores como Caloi, Crist, Sendra. El mismo año, un 25 de junio llega a su fin una de las tiras argentinas más reconocidas en el mundo, Mafalda.

Un año más tarde hace su aparición una nueva revista dedicada íntegramente al género, Skorpio, propiedad de Ediciones Récord, cuya dirección estaba a cargo de Alfredo Scutti. La revista tuvo como colaboradores a gran parte de los artistas más reconocidos del país. En esta misma revista, pero en 1975 (precisamente en el número 15), comienza a publicarse la sección "El club de la historieta", cuyos responsables fueron los guionistas Carlos Trillo y Guillermo Saccomanno. Esta sección daba a conocer ensayos y comentarios, dando lugar a la producción crítica. Los mismos autores llevarán adelante también la sección denominada "Historia de la historieta argentina", que se publicó en forma de capítulos en la revista Tit-Bits y luego fueron reunidos en un libro.

En el mes de octubre el gobierno de María Estela Martínez de Perón clausura la revista Satiricón. Los editores recurren a la justicia y mientras tanto sacan una nueva revista, de tono más moderado que su predecesora: Chaupinela.

En julio de 1975 se publica la primera tira de El loco Chávez, guionada por Carlos Trillo y dibujos de Horacio Altuna en el diario Clarín. Rápidamente se transforma en popular.

Entre octubre y diciembre de 1976, ya bajo la órbita del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, se publican once fascículos, los cuales contienen las 350 entregas de El Eternauta, en su versión original de 1957, lo que a su vez funciona como prólogo a la serialización de su segunda parte, cuyos guiones corren por cuenta de Oesterheld y es dibujada por Francisco Solano López. Oesterheld en aquel momento ya participaba en la organización guerrillera Montoneros, lo que se ve reflejado en el carácter panfletario de la historieta a diferencia de la obra original. Todavía más, el guión lo terminó de escribir en la clandestinidad.

El 27 de abril de 1977 es secuestrado Héctor Germán Oesterheld por fuerzas de la dictadura. Se presume que un año después fue asesinado. El 30 de abril de ese mismo año salió el último número de la revista Patoruzú.


Carlos Trillo.En junio del año 1978 sale a la venta una nueva revista Humor que pretendía ser una voz de opinión diferente dentro de un panorama de censura por parte del gobierno del país. Al frente del emprendimiento se encontraba Andrés Cascioli con Ediciones de la Urraca.

Un año después se comienza a publicar Las puertitas del Sr. López en El Péndulo, serie que más tarde recayó en Humor. Editorial Columba lanza una nueva publicación Nippur Magnum, nuevo hogar del popular Nippur de Lagash y otros personajes como Dennis Martin, la revista mantuvo el formato de las otras revistas de la editorial.

En 1980, Clarín se convierte en el primer diario en publicar sólo producción nacional al reemplazar la tira estadounidense Mutt y Jeff con Teodoro y Cía.

La historieta sobreviviente (1984-)

José Muñoz y Carlos Sampayo.El mes de septiembre de 1984 ve el nacimiento de una nueva revista íntegramente dedicada a la historieta que revolucionará el mercado: Fierro, publicada por Ediciones de la Urraca.

En 1986 aparecería en San Miguel de Tucumán la revista TRIX hemocomics, un reflejo de la pasión tucumana por la historieta.

En octubre de 1989 se comienza a publicar Comic Magazine, la primera revista profesional especializada en historietas. Tuvo una aparición irregular y no llegó nunca a instalarse, pero ocupó un lugar vacante que luego llenarían otras publicaciones, la cobertura de la historieta como género y temas relacionados con ella, como el cine y la televisión.

Con el dólar barato la historieta extranjera se hace accesible. Los superhéroes norteamericanos y más tarde el manga, inundan el mercado. Las ediciones importadas son más lujosas que las nacionales, y en relación más baratas. Al cómic argentino cada vez se le hace más difícil sobrevivir en el mercado.

En diciembre de 1992 ocurren dos hechos, ambos en Ediciones de la Urraca, que marcan el decaimiento del interés por la historieta autóctona. Luego de 100 números la revista Fierro deja de publicarse. Al mismo tiempo se lanza Cazador, en su propia revista en formato de comic-book. Las revistas de antologías dan lugar a los comic-book, formato predominante proveniente de la industria norteamericana, en el que se editará casi todo lo que se haga en Argentina.

En mayo de 1994 aparece el primer número de Comiqueando, revista especializada en el medio.

En enero de 1996 sale el último número de Skorpio. Sobreviven por algún tiempo más las revistas de Columba, que cada vez reciclan más el material ya publicado. Entre el 7 y 10 de noviembre se llevó a cabo Fantabaires, la 1º Convención de Historietas, Humor Gráfico, Ciencia Ficción y Terror.

En el 2000 el diario Clarín incluyó El Eternauta en su colección La Biblioteca Argentina / Serie Clásicos. Figuraba con el número 24 junto a obras como Martín Fierro y autores como Borges, Sábato o Cortázar. De esta manera la obra de Oesterheld y Solano López en particular y la historieta en general reciben un importante reconocimiento al ser ubicadas junto a lo más importante de la literatura argentina. El mismo año Editorial Ivrea publica la revista Ultra en el que se serializaban 3 series de historietas; sin embargo, la revista deja de ser publicada a los 4 números, dejando inconclusas todas las historias.

Un año después cierra Columba. A mediados del año anterior había cancelado todos los títulos que publicaba desde hacía décadas. Intentando adaptarse a las nuevas tendencias lanzó una serie de comic-books con algunos de sus personajes más conocidos, sin embargo, la poca venta obliga a levantar las publicaciones y en mayo salen los últimos números. Cierra así la editorial que por más tiempo publicó historietas en el país.

En el año 2006, el Museo de Bellas Artes de Chile, le rinde homenaje a la Historieta Argentina, que influyó y fue pionera en toda América Latina, realizando tres muestras de ella en Santiago de Chile. El Museo del Dibujo y la Ilustración de Buenos Aires, envía un importante material para las exhibiciones, que tuvieron gran repercusión en el público y en la prensa y medios culturales en general.

En el año 2007, José Muñoz, dibujante que se inicia realizando los fondos de El Eternauta, ganó el Gran Premio de la ciudad de Angouléme, Francia. Este galardón le dio derecho a presidir el Festival 2008 y en el organizó una muestra de homenaje a la Historieta Argentina. Dicha muestra fue curada por el editor Giustiniano Zuccato y estuvo expuesta en el Musee de la Band Desinee entre los meses de enero y agosto de 2008. Esta muestra contó con el aporte del Museo del Dibujo y la Ilustración de Buenos Aires, el cual envió 80 originales de los artistas más importantes de la Argentina.







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